domingo, 29 de abril de 2012

Desafío: Como incorporar Twitter a nuestras clases


Tal como lo hemos visto en nuestras lecturas de #cpc12c3 la metodología que usamos actualmente para dar clases en la universidad es básicamente la misma que se usaba hace 100 años. Un profesor omnisapiente expone los conocimientos frente a una audiencia de alumnos que observan, toman apuntes y (unos pocos) preguntan. En los últimos cincuenta años se le sumó el poder de la fotocopiadora y, más recientemente, el powerpoint y el proyector digital. La Web 2.0 nos acerca otras herramientas que prometen,  Twitter parece ser una de ellas.
Supongamos por un momento que una cátedra o curso abre una cuenta de Twitter y, desde el primer día, los alumnos se le suman como seguidores. ¿Qué ventajas o aplicaciones podría traer? Aquí van algunas ideas:

  • Compartir enlaces: Es una manera fácil de pasar URL de enlaces importantes e interesantes de la temática que se enseña como ser videos (YouTube o Vimeo), presentaciones (SlideShare), etc.
  • Antes de clase: El profesor puede presentar el tema a ser expuesto y plantear preguntas que despierten el interés por el contenido de la clase.
  • Después de clase: El profesor puede resaltar los conceptos más importantes en un tweet como así también proponer tareas o discusiones.
  • Obtener feedback: Por tweets de alumnos se puede saber si una clase fue clara o no, rápida o lenta, interesante o aburrida y de ahí sacar pautas para mejorar.
  • Fomentar la participación: Muchos alumnos se siente intimidados de preguntar en clase. Este puede ser un canal para que tweeteen preguntas que puedan ser contestadas en otra clase.
  • Anuncios: Podría comunicar cambios de horario, de sala, de profesor u otra información importante.

Finalmente sería muy importante que todos los tweets incluyeran el Hashtag del curso para poder filtrar el contenido y no morir “infoxicado” (intoxicado de información).
Pero seguramente hay muchas otras aplicaciones de Twitter para utilizar en educación… ¿Alguna idea?

domingo, 22 de abril de 2012

Ken Robinson: Sus verdades entre mil chistes



Sin duda Ken Robinson (eludo el “Sir” porque no creo en los títulos de nobleza) es un instigador, un perturbador de ideas y creencias. Lo podríamos atacar diciendo que no es profundo en sus posiciones pero… ¿Quién podría ser profundo en una charla de dieciocho minutos a un público heterogéneo y no académico? Robinson tomó la decisión de plantear una idea para el debate. Ese objetivo fue logrado, ¡más de cuatro millones lo vieron!

Pero dejemos de lado la forma y vayamos al contenido. Robinson, entre sus muchos chistes y estrategias para captar y mantener la atención de los asistentes, plantea una idea muy fuerte: Que la escuela (y la educación en general) ya no nos prepara adecuadamente para el futuro que se viene. El pregunta a una audiencia enmudecida: “Si no tenemos la menor idea de como será el mundo dentro cuarenta años ¿cómo podemos preparar a nuestros hijos a enfrentarlo?” Para Robinson ya no tiene sentido enseñar materias y carreras estándar con conceptos e ideas que estarán perimidas en breve. Para él enseñar es hacer que florezca la creatividad y que a partir de ella nuestros hijos puedan adaptarse a la realidad que les toque vivir.

¿Es exagerado? ¿Sus ejemplos son tendenciosos y particulares? ¿Sus ideas no son aplicables? Puede ser que así sea. Pero lo importante es que Robinson, con su graciosa charla, puso en jaque a la idea tradicional de la educación, que es que estudiando duro tendremos un futuro asegurado. Después de escucharlo todos nos quedamos con la idea, la duda o la preocupación de si estamos dando la educación que preparará a la próxima generación para lo que se viene. Creo que ya no dudamos, tenemos que darle más espacio a la creatividad para que ellos puedan adaptarse al entorno cambiante.